Hace unos días recibí en consulta un caso de una mujer de 33 años, su queja era que jamás en su vida ha sentido un orgasmo, lleva 11 años casada y su pareja no sabe que ella no disfruta de estos pues desde el principio de sus relaciones ella le fingió los orgasmos pensando que alguna vez los tendría, es decir nos pregunta por una anorgasmia.
Entre los antecedentes psicosociales no aparece casi nada importante salvo que aparenta no estar contenta con su profesión, tiene un trabajo “X” cuando a ella lo que le gusta es el baile y el deporte. Nunca se preparó para intentar esto profesionalmente con lo que algo de frustración es posible que le haga algún daño en su autoestima, pero no es demasiado importante, según ella cuenta, pues su trabajo, aunque no es el ideal de su vida, la satisface entre otras cosas porque le permite bastante tiempo libre.
Su ginecólogo, que es el que me la ha derivado no le encuentra ningún problema orgánico que lo justifique.
Un detalle importante es que a pesar de no tener una educación religiosa restrictiva no se ha masturbado nunca, dice, como muchas mujeres a las que le he oído la frase, “es que yo no he tenido nunca la necesidad de hacerlo”. Es una mujer bastante moderna, liberal y sin embargo desapegada de lo sexual.
Cuenta como al no disfrutar con las relaciones con su pareja se ha permitido en más de una ocasión disfrutar de relaciones esporádicas con hombres que por su encanto la han buscado, ella se siente mal por esto, porque como dice ella misma, “yo por gusto no lo he hecho, siempre he buscado a ver si alguna vez sentía lo que con mi marido no sentí y siempre he terminado pasándolo mal y sintiéndome culpable de lo que hacía y además para nada porque con todos esos con los que he estado nunca sentí nada”.
El diagnóstico es de anorgasmia primaria, es decir que nunca lo ha sentido, hablamos de secundaria cuando antes de perderlo sí lo sentía. Este caso aparece sobre una personalidad ansiosa, que también trabajamos en la terapia
En realidad, este caso es una muy mala conducta sexual aprendida, desde joven, nunca permitió que la tocasen los genitales con las manos o que le hicieran sexo oral, solo permitía la penetración y su pareja eso hacía y siguen haciendo, a los otros si les ha permitido otras actividades, pero las vive mal y con cierto desagrado. Nunca fantasea durante la actividad sexual, al inicio porque nunca le salía un solo pensamiento sexual, después porque solo pensaba en llegar y actualmente porque se le cruzan imágenes de sus actividades extramaritales y las vive con un alto sentimiento de culpa, con lo que lejos de excitarla le quita la poca gana que pueda sentir alguna vez.
Tras varias sesiones, comenzó a sentir orgasmos con el autoestímulo. El paso a conseguirlos con pareja está actualmente detenido pues en su relación está bastante deteriorada y debe decidir su futuro con él.
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