La eyaculación precoz más frecuentemente consultada, sobre todo entre jóvenes que están empezando su vida sexual activa, no es una enfermedad ni un trastorno, sino una falta del aprendizaje de las sensaciones placenteras de la excitación en la respuesta sexual del hombre, que lleva a no reconocer aún el grado de excitación – “…yo solo noto que estoy muy excitado y en poco tiempo me voy…”- ni el momento previo a la eyaculación inminente. En realidad a esto le podríamos llamar la eyaculación rápida propia del joven.
Esta falta de reconocimiento de las sensaciones que nos deberían hacer percibir el grado de excitación, junto a las dificultades para manejar las propias emociones y ansiedades, imposibilita el relajarse y mantener cierto control de la excitación. Si esta situación pasa de la juventud a edades más adultas si podríamos comenzar a calificarlas de eyaculación precoz primaria o de toda la vida.
A veces la eyaculación precoz sí es un trastorno, pues puede aparecer tras un periodo de la vida sin ella y deberse a factores las menos de las veces orgánicos (diabetes, prolactinomas, etc.) y otros psicosomáticos (ansiedades, fobias, etc.), incluso psicosociales (estrés, problemas de pareja, cambios de pareja muy continuos, etc.)
En la eyaculación precoz por aprendizaje también puede influir lo que se llama el “umbral eyaculatorio”; algo parecido al umbral del dolor.
Habrás observado que el dolor que sientes depende en gran medida de lo atento que estés a él, si estas despistado te puedes encontrar al cabo de cierto tiempo una pequeña herida que no recuerdas cuando te la hiciste, en cambio si vas a ponerte una inyección, estás tan atento que antes de que te la pongan ya te duele. Todos tenemos un umbral eyaculatorio, como el del dolor, distinto y variable, unos se excitan antes que otros aunque ambos tengan la erección al mismo tiempo, y todos dependiendo del día estamos más dispuesto a excitarnos o no. Pero desde luego si estamos preocupados o pendientes de si nos ocurrirá tened por seguro que acabará pasando, en este sentido la ansiedad de ejecución activa la eyaculación rápida.
Ella pensando en el amor y él excitándose desde mucho antes que ella …
En el inicio de la vida sexual activa, las primeras veces que un chico presenta eyaculación se debe a eyaculaciones nocturnas o a la masturbación, por lo tanto cuando tiene sus primeras relaciones sexuales, él no tiene conocimiento para generar otra respuesta que no sea eyacular desde el momento en que se produzca la primera excitación. -…la veo y me pongo a cien…- Este proceso normal de aprendizaje de las sensaciones durante la excitación no se presenta en todos en la misma forma y tiempo, en algunos no se presenta jamás, y a la larga los podríamos llamar eyaculadores precoces, y otros aprenden de forma intuitiva, no porque sean más “viriles” o tengan más capacidades, sino por puro azar o suerte.
También depende bastante de la idea que se tenga respecto del papel que un hombre “ha de tener” en la relación sexual, así como del propio autoconocimiento, es decir hay quien no se oye jamás así mismo -pues yo lo primero que siento es que me voy a correr….- y hay quien percibe hasta su último suspiro. De igual importancia la autoestima, es decir lo que confíes en ti mismo.
Actualmente muchos jóvenes tienen un acceso super-rápido a la pornografía y la idea de que hay que estar mucho tiempo con la chica, para que esta disfrute, se les convierte a bastantes en verdadera obsesión. Cuando alguien empieza a aprender algo en la vida no puede creerse que con una vez basta, darle porrazos a una tecla del piano no es tocar el piano, es necesario el aprendizaje, el tiempo, la experiencia, la calma para aprender y la eliminación de falsos objetivos sexuales.
Otros acuden a consulta porque quieren durar lo mismo que los hombres de la pornografía, por favor no os creáis esos tiempos…. ¿O alguno cree que Ironman existe y que de verdad vuela?.
Además, por lo general, las primeras relaciones sexuales se producen en ambientes de tensión, ¿sabré hacerlo?, ¿le gustaré?, ¿se dará cuenta de que es mi primera vez?, temores a ser descubierto, con sentimientos de culpa, y esto asociado a la ansiedad de sentirse “ir tan pronto”, es lo que lleva a caer en un círculo vicioso
→temor a que ocurra →comprobación de que el temor es cierto →más temor para la próxima vez…
Es muy habitual que los chicos con muchas relaciones esporádicas, terminen con una eyaculación precoz pues casi siempre es como una “primera vez”, nervios y en muchas ocasiones copas añadidas para ligar. Si para colmo él piensa de la chica que ella parece tener mucha experiencia y él se considera con menos, esto también le resultara generador de ansiedad.
La excitación durante el juego sexual es comparable, con sus evidentes diferencias, a la excitación que sufrimos cuando tenemos hambre y encontramos comida, cada uno de nosotros va a actuar de una forma. El más ansioso se meterá la comida en la boca directamente y el más calmado se alegra, la guarda y se la come cuando se ha lavado las manos y ha encontrado un sitio tranquilo para disfrutarla. Son modelos de conductas distintos que evidentemente se pueden reflejar en las conductas sexuales de esas personas, el ansioso tiende a disfrutar menos, por la rapidez del proceso, que la persona calmada.
Así veis que realmente la falta de conocimiento respecto a cómo manejar la propia excitación no la podemos considerar una enfermedad ni algo de lo que preocuparse cuando uno aún tiene poca experiencia, esto lo comentamos porque hay muchos jóvenes que se autoetiquetan como eyaculadores precoces desde sus primeras relaciones y no hay nada peor que autodefinirse de una forma errónea tan pronto.
Actualmente la medicina está buscando fármacos que permitan un “control” de este proceso, sin embargo se está lejos aún de resultados positivos. La mayoría de los que ofrecen un tratamiento químico te van a recomendar psicofármacos que, entre sus efectos secundarios, retardan la eyaculación pero que no dan resultados por sí mismos, pues lo que retardan es toda la respuesta sexual. Así muchos se quejan de haber perdido el deseo además de costarles muchísimo trabajo eyacular y, al hacerlo, lo perciben sin sensación orgásmica agradable. Por ello, solo recomendamos el uso de estos tratamientos junto a terapias de modificación de conducta, para aprender a manejar la excitación de forma voluntaria y no terminar dependiendo de otro fármaco para vivir nuestra sexualidad.
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