Hablo de Sevilla porque es el lugar dónde tengo mi consulta desde hace 34 años, pero el tema es generalizado en toda la población.
Un perfil habitual de paciente masculino sin deseo podría ser el siguiente
- Edad, entre 20 y 40 años
- Relaciones esporádicas o de poca duración, con bastantes rupturas en su historial, vienen a consulta generalmente cuando se han encontrado a una pareja que les resulta especialmente atractiva y ven que su problema no mejora, les dificulta la relación o incluso se la impide.
- Con personalidad autoexigente y/o perfeccionistas, otras con personalidades poco hedonistas
- Con poca o ninguna habilidad de lectura o de generar fantasías propias, la mayoría trae imaginación muy visual y centrada en la estética de los cuerpos que les da hoy día el uso del cibersexo
- Estresados laboralmente por ambas partes, es decir o parados o con trabajos muy explotadores e insatisfactorios, encuentro muchos jóvenes titulados con trabajos precarios de repartidores, hostelería, etc.… Entre estos no es infrecuente encontrar jóvenes deprimidos o desilusionados y ansiosos por no poder abandonar el hogar paterno. Situación que contribuye a la falta de deseo.
- Casi todos en común un consumo habitual de pornografía como medio de estímulo para sus masturbaciones solitarias.
- Y todos una falta absoluta de conocimiento en torno a todo lo que hoy se sabe de la sexualidad de los géneros. Pero casi todos estos traen una gran cantidad de ideas irracionales o muy erróneas respecto de lo que implica ser un hombre y de cómo satisfacer una mujer.
- Y de estos una mayoría ya han echado mano del “Doctor Google” y se autodiagnostican o peor aún se automedican.
Actualmente en mi consulta tengo un 25% de casos de este tipo, cuando hace unos 10 años era de una media de 2 a 5 % anual. Unos han venido de modo propio, otros empujados por sus parejas que llegan al límite de las relaciones y ya no pueden soportar más, no ya la falta de deseo que hasta la comprenden, sino por la falta de interés de ellos en acudir a ayuda profesional y es que los hombres tardan una media de 10 años en decidirse a acudir a buscar ayuda.
Este factor de vergüenza, miedo o las justificaciones que cada uno pueda desarrollar es muy propio del colectivo masculino, se ha investigado en muchas regiones y países. La mujer tiende a acudir mucho antes a buscar ayuda profesional que el hombre.
Y el verdadero problema de tardar tanto es que muchas veces acuden tarde y con más problemas serios que al inicio de la aparición de este o con la prisa de que han conocido a alguien y desean resolver de una semana para otra el problema que llevan “engordando” desde años.
Si tienes algún problema no lo dudes y consúltalo con profesionales
Deja una respuesta