Veo en consulta y en las charlas y cursos que imparto como sigue preocupando entre los hombres la idea de un posible “gatillazo” como se comenta en la calle o una dificultad erectiva puntual como la conocemos en Sexología.
Esto que puede ocurrir en cualquier momento, a veces sin un motivo aparente suele generar una angustia tremenda entre los hombres pues parece que todos lo órganos nos pueden fallar alguna vez menos el pene que ha de ser siempre eficaz y responder a los deseos de la persona.
El pene, como todos lo órganos, necesita de bastantes condiciones para que funcione con normalidad. Esto que todo el mundo entiende para una mano, por ejemplo, no nos lo aplicamos para los genitales y pensamos que el pene es una máquina que ha de funcionar siempre que uno quiera y aquí está uno de los grandes errores.
Yo puedo obligar, si estoy sano a mi mano a hacer lo que deseo, pero ¿puedes levantar tu pene ahora mismo sin tocarlo y sin fantasear? El pene como por ejemplo los pelos del brazo no los podemos controlar pues dependen de un Sistema que llamamos Vegetativo y que es autónomo, es decir solo actúa ante determinadas condiciones, pero fuera del control voluntario que sí tengo sobre mi musculatura.
Para colmo hay una situación incontrolable y es que, si voy preocupado por quedar bien, o por miedo a fallar se me va a disparar la ansiedad, esta está manejada por el Sistema Simpático que a su vez ante una situación de miedo dispara una sustancia, la Rho-kinasa, que esconde el pene, lo podéis ver en la imagen superior.
¿Qué para qué sirve esconder el pene?
¿Te imaginas huyendo delante de un león con una erección? ¿Cuándo has estado erecto ante un examen? o imagina que recibes una mala noticia en medio de una relación ¿cómo se va a quedar tu pene?
Si cuando vas a tener una relación sientes temor a no quedar bien, o has bebido más de la cuenta, o simplemente estás preocupado por satisfacer a tu pareja y esto te agobia te estás asegurando una dificultad para conseguir mantener o alcanzar tu erección.
Lo habitual ante un caso de estos es que a raíz de que nos ocurre una vez, por casualidad o algún otro factor, la próxima vez que intentemos mantener una relación esteramos más pendientes de nuestro pene que de pasárnoslo bien en la relación y esto generará una nueva activación de ese Sistema Simpático y este esconda nuestro pene.
Así acuden a consulta personas de todas las edades que tras uno de estos gatillazos “sin importancia” generan una angustia que los hace retraerse frente a las relaciones, algunos pierden el deseo o empiezan muy jóvenes a tomar pastillas para “arreglar” algo que NO está estropeado. Muchos vienen pronto tras un episodio de estos y otros tardan años con lo que sufren un menoscabo muy importante en su vida sexual y para cuando vienen a la consulta ya traen muchas complicaciones mentales, de pareja o se les ha agravado con alguna otra disfunción.
Si algo así te ocurre, no te lo pienses y acude cuanto antes a un Profesional de la Sexología, no te automediques y no temas, tu secreto quedará a salvo con un profesional que está obligado por Ley al Secreto Profesional.
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